Por Montserrat Pascual Albors, licenciada en Farmacia por la Facultad de Valencia, naturópata y asesora en Suplementación y Cosmética en Green Oasis

Desde que empecé a estudiar Farmacia, el zinc ha sido uno de esos minerales que me han fascinado por su poder silencioso. No hace ruido, no es famoso como el hierro o el calcio, pero su ausencia se nota de forma brutal en el cuerpo. Con el tiempo, trabajando como naturópata y asesora en Green Oasis, he podido comprobar en consulta cuántos desequilibrios —desde infecciones recurrentes hasta problemas hormonales— tienen detrás una sencilla pero profunda deficiencia de zinc. Hoy quiero contarte desde el corazón, y desde la ciencia, por qué este micronutriente es una joya olvidada de nuestra salud.

¿Para qué sirve el zinc? Un aliado silencioso del bienestar integral

El zinc no es solo un mineral más: es un auténtico director de orquesta en procesos vitales. Está presente en más de 300 enzimas, y sin él, literalmente, muchas de las funciones básicas del organismo se paralizan. Desde la regeneración celular hasta el sistema inmunitario, el zinc participa en todos los escenarios donde se construye, protege o repara el cuerpo.

Refuerza nuestras defensas naturales

Si algo nos ha enseñado la vida —y los virus— es que un sistema inmune fuerte es nuestro mejor escudo. El zinc es imprescindible para la producción de células inmunes como los linfocitos T. Sin él, nos volvemos vulnerables. Un estudio publicado en Journal of Nutrition (2010) mostró cómo incluso una deficiencia leve reduce la capacidad de respuesta ante infecciones respiratorias comunes.

Amigo de la piel y de la cicatrización

Como naturópata, una de las consultas más frecuentes que recibo está relacionada con problemas cutáneos. El zinc interviene directamente en la síntesis de colágeno y la cicatrización de heridas. Pero también calma, repara, desinflama. Por eso lo vemos en pomadas, cremas solares, productos para dermatitis del pañal o incluso para el acné.

Claves del zinc en la fertilidad y la salud hormonal

En hombres, participa en la producción de testosterona y la calidad espermática. En mujeres, regula la ovulación y el equilibrio hormonal. No es casualidad que una de las primeras cosas que revisamos en casos de infertilidad natural sea precisamente el nivel de zinc. Un artículo de Reproductive Biology and Endocrinology (2014) señala su influencia directa en la fertilidad femenina y el éxito de la concepción.

Zinc en el embarazo y la lactancia: un pilar del desarrollo fetal

Durante el embarazo, las demandas de zinc aumentan significativamente. Es vital para el crecimiento celular, la formación del sistema nervioso del bebé y la función inmunitaria de la madre. Y durante la lactancia, es imprescindible para garantizar una leche materna rica en nutrientes protectores. Siempre recomendamos que las mujeres embarazadas consulten con su médico antes de iniciar cualquier suplemento, aunque sea natural.

¿Dónde encontramos el zinc de forma natural?

Como siempre digo, lo primero es mirar en la cocina antes que en la farmacia. Algunas de las mejores fuentes naturales de zinc son:

  • Ostras y mariscos: los campeones absolutos del zinc.
  • Carne de res, cordero y cerdo: ricos y con alta biodisponibilidad.
  • Frutos secos y semillas: especialmente las semillas de calabaza.
  • Legumbres y cereales integrales: aunque con menor absorción por los fitatos.

Es importante saber que el zinc de origen animal se absorbe mejor que el vegetal. Pero si sigues una dieta vegana o vegetariana, puedes aumentar la disponibilidad remojando, germinando o fermentando las legumbres. También puedes valorar un suplemento, siempre guiado por un profesional.

¿Y los suplementos de zinc? ¿Cuándo tiene sentido tomarlos?

Hay momentos donde la dieta no basta: infecciones frecuentes, problemas de fertilidad, caída del cabello, piel con acné o incluso estrés crónico pueden indicar una necesidad mayor de zinc. En estos casos, los suplementos —ya sea en forma de gluconato, acetato o citrato— pueden marcar la diferencia. Eso sí, no te automediques: un exceso puede generar toxicidad e interferir con otros minerales como el cobre o el hierro.

Un metaanálisis de Cochrane Database (2020) confirmó que la suplementación con zinc puede reducir la duración del resfriado común en más de un 30%. Pero la dosis importa. Y el momento también. Siempre recomiendo tomarlo con alimentos para evitar molestias estomacales.

Mejores suplementos de Zinc:

Selección de Montserrat Pascual Albors para Green Oasis

Óxido de zinc: protección desde fuera

En cosmética natural, el óxido de zinc es un auténtico comodín. Actúa como barrera física frente a los rayos UV, por eso lo encontramos en cremas solares minerales. También calma y desinflama, por lo que es ideal para pieles reactivas, dermatitis, quemaduras leves o incluso eccemas. Y como astringente suave, ayuda a regular pieles grasas sin resecar.

¿Cómo saber si te falta zinc?

La carencia de zinc puede pasar desapercibida hasta que los síntomas se acumulan. Algunos de los signos más comunes que observo en consulta son:

  • Infecciones frecuentes.
  • Heridas que tardan en cerrar.
  • Pérdida del gusto u olfato.
  • Caída de cabello y uñas frágiles.
  • Alteraciones hormonales o menstruales.

En esos casos, conviene realizar un análisis de sangre y valorar la posible suplementación de forma personalizada.

Conclusión: el zinc, ese mineral que nunca deberíamos olvidar

El zinc es discreto, pero profundamente esencial. Lo recomiendo como parte de cualquier enfoque integral hacia la salud: natural, equilibrado, preventivo. No hace milagros, pero cuando falta, todo se resiente. Y cuando lo equilibramos, se nota. En la piel, en las defensas, en la energía, en la fertilidad. En la vida misma.

Fuentes científicas comentadas

  • Prasad AS (2010), Zinc in human health: effect of zinc on immune cells, J Nutr — Estudio pionero que demuestra cómo el zinc potencia la inmunidad celular.
  • Wessels I. et al. (2020), Zinc as a gatekeeper of immune function, Nutrients — Resalta la función del zinc como regulador inmunológico en infecciones virales.
  • Kawai K. et al. (2014), The Role of Zinc in Reproductive Health, Reproductive Biology and Endocrinology — Aborda su papel en fertilidad femenina y masculina.
  • Singh M. et al. (2020), Zinc for the common cold, Cochrane Database — Metaanálisis que demuestra la eficacia del zinc en reducir los síntomas del resfriado.

¿Necesitas asesoramiento personalizado?

En Green Oasis estaremos encantados de escucharte y ayudarte a encontrar el suplemento o producto natural que mejor se adapte a ti. Puedes llamarnos al 965 271 110, escribirnos a info@greenoasis.es o usar nuestro formulario de contacto. Estamos para ti, con corazón y con ciencia.

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